Imaginando un orgasmo

Del otro lado del teléfono escucho tu voz aterciopelada, una breve conversación nos pone al tanto de nuestras vidas. Al cabo de 10 minutos surge la verdadera razón de tu llamada, estás excitada, sola y recostada en tu cama.

Mientras platicábamos habías comenzado a tocarte, primero como no queriendo la cosa, sin embargo ya escucho tu respiración un poco agitada.

-Me encontré tu blog- dices con voz pausada -Me gustó, me masturbé un par de ocasiones, pero prefiero escucharte-

Tu voz es acompañada por el zumbido de alguno de tus juguetes que recién encendiste.

-Cuéntame algo rico, ¿qué has hecho, te has ido de pirujo, has tenido mucho sexo?-

Tu voz es ahora un río lento y grave que serpentea por mi oido invitándome a contarte alguna historia.

Tu respiración es cada vez más agitada, el zumbido de tu juguete acelera su paso, lo adivino entrando y saliendo de tí. Como siempre, me preguntas una miriada de detalles, te voy respondiendo uno a uno según me los vas solicitando, el ritmo de tu respiración es más acelerado, ahora tú diriges la acción me haces preguntas concretas y específicas con las que vas formando toda la escena en tu imaginación.

No solo tu respiración se ha transformado, también tu lenguaje. Ahora usas esas palabras que sólo te salen cuando estás muy caliente, las usas para seguir tu interrogatorio: ¿Te la culeaste?, ¿La dedeaste rico?, ¿te gustó su panocha de puta? ¿como te hablaba la perrita?

Con mis respuestas tu imaginación va bordando la escena más erótica, la que adopta tus deseos, en la que te reflejas y te sientes libre de ser lo que quieras.

El zumbido ahora lleva un ritmo casi frenético, acompasado con tu respiración. Estás cerca, tus preguntas cesan, tienes suficientes detalles para disfrutar de esa escena y llegar al clímax.

Con un ruido sordo, el teléfono cae en tu cama, la última parte del trayecto la harás sola. El zumbido aunque constante se escucha con muchas variaciones, me recuerda el arco de un violín en las manos de un virtuoso, te imagino tocándo los puntos más sensibles, para llegar a las notas mas álgidas.

A lo lejos reconozco el sonido de tu orgasmo. Cual dinamita, el placer explota por todo tu cuerpo con un grito liberador y las subsecuentes ondas de placer que te hacen gemir larga y pausadamente.

Tu respiración agitada, el zumbido, los gemidos, todos desaparecen dando paso a una silenciosa calma.

Unos segundos después recuperas tu aliento y el teléfono -Gracias, te mando muchos besos- es todo lo que dices con tu voz de ronroneo, antes de colgar.

 

 

4 respuestas a “Imaginando un orgasmo”

  1. Besos cariñosos en este 2011 y va con ellos toda mi güena vibra deseándole muchos, hartos e incontables orgasmos para todo el año…¿A poco no es el mejor deseo que le han mandado?… so far..

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