Dulce veneno

Con ver tus ojos supe que eras peligrosa, un par de miradas bastaron para confirmarlo.

La inocencia brilla de primera instancia en tus pupilas, pero inmediatamente después salta a la vista el profundo deseo que tu cuerpo encierra, la sonrisa perversa y seductora disipa cualquier duda que pudiera quedar.

Al acercarme noto el fuerte olor a sexo que emana de tí, el tacto de tu piel es tierno, sin embargo esta sensación es reemplazada inmediatamente por una descarga eléctrica que nos recorre a ambos al tocarnos. Tus ojos se clavan en los míos buscando una rápida respuesta a esta repentina chispa que ha aparecido entre nosotros.

Desnudarnos y acariciarnos parece ser la única respuesta aceptable, comenzamos el conocido ritual de reconocernos, con larguísimos besos pendulares que oscilan de lo sutil a lo salvaje, nuestras manos hambrientas recorren erráticamente el cuerpo del otro, en ocasiones con ternura, en otras con pasión desbordante.

Mis manos buscan incesantes los puntos de tu cuerpo que te hacen temblar, apretar los puños, morderte los labios, cual viejos conocidos, mis dedos son atraídos por la electricidad de tu cuerpo, por las texturas de tu piel, por los repentinos suspiros que salen de tí al tocar otro punto sensible.

Tus piernas se abren instintivamente, mis dedos escuchan el sutil grito de tu humedad y corren a ella. Antes de tocarla giran a su alrededor, rindiéndole un breve homenaje, una pequeña danza ritual que enardece tu deseo.

Tus labios se separan, unos exhalan un pequeño gemido, otros descubren la perla rosada que mis dedos acarician con avaricia. Mientras nuestras lenguas se enfrascan en un delicioso abrazo que ninguno desea terminar, tu mano se torna en guía y le muestra el camino a mis dedos, que obedientes a tu petición se adentran en tus pétalos.

La orquídea de tu sexo está bañada en su nectar, mis dedos se impregnan de él al tocar las aterciopeladas paredes de tu interior. Las acaricio, extasiado por la deliciosa textura entre mis dedos, siento la electricidad que te recorre cada que paso por el rugoso camino a tu orgasmo.

Siento como pulsas cada vez más potente, cada vez más seguido.. tus ojos cubiertos en deseo, perdidos mientras tu boca respira agitada intentando calmar el calor de tu interior, me abrazas con fuerza no dejándome ir, mis dedos siguen acariciándote desde dentro.

Me clavas tu mirada, mis dedos me avisan que estás a punto de terminar, tus brazos lo confirman al abrazarme más fuerte, tus uñas se entierran en mi espalda, tus ojos siguen clavados en los míos, tu boca se abre, tu cintura y espalda se arquean doblegadas por el placer.

Me acomodo entre tus piernas, deseo besar tu sexo, comerlo, lamerlo, mordisquearlo, probar tus jugos. Mi lengua se pasea por tus labios, se adentra en tí para beber tu nectar. El olor y sabor son intoxicantes, puedo sentir como van penetrando poco a poco en todo mi sistema.

Tus pulsaciones se hacen mas frecuentes, mas violentas. Tus ojos están cerrados fuertemente, tus manos aprisionan mi cabeza y la empujan hacia tu sexo, tu pelvis y mi lengua se mueven al mismo ritmo, en forma de círculos, cada vez más breves y disformes.

Un segundo después tus abundantes jugos, bañan mi boca y llenan mis deseos. Tu pelvis se queda estática, tus manos liberan mi cabeza lentamente, tu respiración aún es agitada, tus jugos siguen fluyendo, sigues hilvanando un delicioso gemido y un par de lagrimas escapan de tus ojos, aún cerrados con gran fuerza.

Me he bebido todo tu néctar, he caido presa de ese dulce veneno que irónicamente es el propio antídoto. Aún sabiendo que eras peligrosa, me aventure a probarte, a poseérte, aposté a no caer intoxicado..

No lo he logrado y ahora preciso beber frecuentemente tu dulce veneno mujer.

8 respuestas a “Dulce veneno”

  1. mmmmmmmmmmmmmmm… relato delicioso, ardiente, fluido, cachondo, sensual, húmedo, erótico, vibrante, apasionado… mmmmmmmmmmmmmmmmm… “tus labios se separan, unos exhalan un pequeño gemido, otros descubren la perla rosada”…mmmmmmmmmm…….”pulsas cada vez más potente”…. mmmmmmmmmm…..”mis dedos escuchan el sutil grito de tu humedad y corren a ella”…..mmmmmmmmmmmmmm…..

    1. Morita, mil gracias por su apasionado comentario, no se puede esperar menos de una mujer tan, tan.. uuuffff ¡tan Mora!

      Como siempre le mando muchos besos, abrazos y por supuesto lametones de los que le agradan. (¿o eran “paletones”?) 😉

      ¡¡Besos Morita, mil gracias!!

  2. Cómo haces para lograr transportarla a una hasta esos momentos con los que nos identificamos en tus deliciosos relatos?… no lo sé, pero es maravilloso… sigo disfrutando, besos!!

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