Speed Girl | El costo del paraíso

Escucho en la lejanía la eterna música electrónica de la habitación gitana, siento los brazos de Mjhaela rodeándome la espalda, a la vez que yo abrazo a la pequeña Annika. Disfruto de la tibieza de nuestros cuerpos entrelazados y la última bruma del profundo sueño de hash. Mi mano se comienza a deslizar por la cintura de Annika, sin prisa alguna llega a sus muslos, mientras los acaricio me percato de lo delgados que son.

Perezosamente mi mano llega hasta su ombligo y comienza a hacer pequeños círculos a su alrededor, ella instintivamente arquea su espalda para acercarse más a mi cuerpo. Alentada por esta reacción, mi mano continua su viaje y ahora va en pos de sus senos, al llegar a ellos los siento pesados y grandes, mucho más grandes de lo que recuerdo.. Continuar leyendo “Speed Girl | El costo del paraíso”

Speed Girl | La habitación gitana

Tras entregarme el papel con sus datos y citarme a las 11 de la mañana, Mjhaela desapareció en la zona de privados. De manera casi inmediata mi amigo se materializó a mi lado:

-“Sabía que se entenderían..”-
-“¿Porque hablamos inglés?-
-“No, porque los dos están bien pinche loquitos”-
-“¿La esperamos o que prosigue?”-
-“No, ya se la llevaron. Está flaquilla pero tiene mucho jale”-

Al día siguiente llegué al hotel de mala muerte donde vivía Mjhaela, una verdadera pocilga que olía a humedad y estaba cayéndose a pedazos, sin que nadie me preguntara nada llegué a la habitación 409.

Después de un beso y abrazo de bienvenida, me invitó a su habitación, que estaba ocupada mayormente por una cama king size atiborrada de ropa que se revolvía con las sábanas y las cobijas. no había más que un buró al lado de la cama y estaba repleto de envases de Red Bull vacíos. Continuar leyendo “Speed Girl | La habitación gitana”

Speed Girl

Después de escuchar desfilar nombres como: Rubí, Esmeralda, Jenifer, Britani, Estefani, Desiré y Natali, el nombre de Micaela se me hizo un tanto extraño.

En el escenario se encontraba una Desiré que cumplía con el perfil de todas las bailarinas que la precedieron: cabellera teñida, pupilente de color, rasgos inconfundiblemente mexicanos, voluptuosa (léase harto tetona y/o nalgona gracias a una buena post-producción) y utilizando los mismos 10 o 12 pasitos para bailar.

Cuando anunciaron por segunda vez a Micaela nadie hizo caso, pues los pocos asistentes a este table se encontraban asediados por una treintena de teiboleras que sabían, que esta iba a ser una noche lenta e intentaban sacar lo más posible. El amigo que me había arrastrado hasta acá con el pretexto de acompañarlo, estaba perdido entre 3 chicas que peleaban por quitarle sus billetitos, mientras yo miraba para todos lados, francamente aburrido.

La presentación de Micaela fue completamente ignorada pues nadie la recibió con un fuerte aplauso tal como pedía el sonido local. En el escenario apareció una chica espigada, de pocas curvas y contrario a los canones del vestuario del table, traía un vestido floreado nada ajustado, nada atrevido, nada de lycra, un vestido común y cualquiera. No traía las zaputillas que tan famosas han hecho las teiboleras, las había sustituido por un par de sandalias y por si fuera poco traía un enorme sombrero de playa. En verdad se había equivocado y estaba lista para caminar en cualquier costera. Continuar leyendo “Speed Girl”

El trofeo

Internet es como una maquinita de chicles, nunca sabes de qué color te sale hasta que lo tienes frente a tí.

Y me ha tocado una bio-diversidad realmente interesante, pero cuando te ví, la verdad es que no lo creía.

¡¡FUCKIN’ UNBELIEVABLE!!

No tenías foto en tu perfil, así que por default, hubieras quedado fuera de inmediato. Cuando llegó tu petición, lo primero que me llamó la atención fue tu ortografía, parece que un graffitero con gusto por el regetón, te enseñó a escribir. Continuar leyendo “El trofeo”