La calma antes de la tormenta

Recorro con la mirada el largo listón de satín con el que te he inmovilizado. Tu piel almendrada, el rojo satín, la seda negra de tus medias y  el exquisito encaje de tu lencería se conjuntan en un armonioso juego de colores y texturas.

La última luz de la tarde entra por las ventanas donde comienzan a aparecer cientos de pequeñas luces, como luciérnagas inmóviles que se hacen cada vez más brillantes. La venda que rodea tus ojos no te permite disfrutar de este pequeño espectáculo.

Haz  agudizado tu oido para suplir la vista, intentas saber dónde estoy, pero es hasta que rozo tu espalda que sabes que estoy a tu lado, me acerco a tu oído y con voz muy baja te digo un par de frases que te mantienen excitada. Continuar leyendo “La calma antes de la tormenta”

Azul y negro | Segunda Parte

La cadena que me entregó era la típica correa de perro, con la diferencia que los eslabones estaban recubiertos en plata.

Al salir del restaurante, le puse la cadena a M, quien ronroneaba por el puro placer de verse con la correa puesta, la gargantilla de cuero era muy suave y tenía brocados el nombre de ella (M) y su propietario (D).

Decidímos pasearla en un parquecito de Polanco, es tranquilo, parece que está abandonado, casi no tiene visitantes y estaba a unas cuadras por lo que era una buena opción.

Ella caminaba delante de nosotros, con un andar provocativo, cuando alguien pasaba a su lado se tocaba los pezones o se agarraba las tetas, mostrándose a los transeúntes, quienes no podían mas que mirarla. Las reacciones eran diversas había quienes la admiraban, quienes movían la cabeza en son de disgusto, quienes apuraban el paso.. Continuar leyendo “Azul y negro | Segunda Parte”

Azul y negro

“Hola, buenas tardes mi nombre es M.. y estoy a tus órdenes”

Esta era la frase con la que abría un mail, que venía acompañado de unas fotos muy sexys, en donde se veía una mujer de ojos negros, pelo castaño corto, nada mal parecida y que me invitaba a agregarla al messenger. Ese primer mensaje no le hice mucho caso, pues es una forma muy común de spam, así que simple y sencillamente lo borré.

“Hola, buenas tardes mi nombre es M.. y estoy a tus órdenes”

La ya conocida frase aparecía nuevamente en mi correo a unos días de haber recibido el primero, esta ocasión venía acompañado de más fotos y un número de celular, por lo que descarté que fuera spam, así que primeramente agregé a mi messenger a este contacto y esperé a ver que sucedía. Continuar leyendo “Azul y negro”