Pelo rubio, ojos azules, piel muy blanca y con facciones de muñequita, Verónica era la típica niña bien portada, tranquila y estudiosa. Eramos compañeros de salón desde 1º de secundaria, algún par de ocasiones habíamos sido compañeros de equipo, pero realmente no podía decir que fuéramos amigos, la única amiga que tenía era Noemí, una chica igual de tímida y estudiosa que ella.
Un día como tantos en que me disponía a pasar 2 horas extras en el salón de castigados después de clases, se abrió la puerta y mayúscula sorpresa me llevé al ver entrar nada menos que a la directora en persona trayendo a Verónica.
Una vez que se había ido la temible directora y tras asegurarme que no había nadie detrás de la puerta, le pregunté a Verónica porqué estaba allí. -“Para que te haya traido ella personalmente, es porque hiciste algo realmente malo”- Verónica simplemente agachó la mirada y se soltó a llorar. Aún con los ojos hinchados por el llanto, la nariz moqueante y las mejillas rojas, se veía muy linda, como muñequita de porcelana de finísimas facciones. Continuar leyendo “La niña bien portada”