En la era de la Hipercomunicación donde el mundo está a nuestro alcance con tan solo unos clicks, donde las ideas se expresan (y lo que es peor, se publican) libremente, donde puedes estar en permanente contacto con millones de seres humanos y donde puedes encontrar ABSOLUTAMENTE cualquier cosa, en estos momentos que debieran ser la cima evolutiva de la humanidad.. la soledad nos invade y forza a buscar como librarnos de ella.. Continuar leyendo “Cinerótica | Shame”
La Terapia de la Pancita
-“¿Tú, con arrepentimientos?, ¡no mames!”- Disparó Cabrolina a quemarropa.
-“Ya tengo canas, qué quieres.”- Respondí en una pésima defensa.
Cabrolina me conoce desde hace por lo menos 18 o 19 años, Jamás nos hemos liado en algo que nos lleve más de 4 horas juntos, porque en el sobrenombre lleva la cruz, me lleva casi 30 años y por supuesto no me simpatiza.
Apareció en mi vida en uno de los lapsos de soltería más intensos que he vivido y ha sido testigo de muchas aventuras. Pero también me ha visto “hasta las manitas” por alguien. Así que conoce mis claroscuros a la perfección.
“Amiga” mordaz, directa, cabrona y en ocasiones muy ojete, es una de las personas que no busco a menos que verdaderamente sea necesario. Hoy fué una de esas ocasiones. Continuar leyendo “La Terapia de la Pancita”
Sometiendo al corazón
A casi 2 meses de su partida, el corazón la sigue buscando.
Ya sea en la cama donde extraña su tibieza, ya sea el sonido de su voz, o el aroma de su cuerpo, el corazón la sigue amando. En constante dolor por su ausencia, en constante arrepentimiento por dejarla ir, en constante melancolía por su recuerdo, el corazón le sigue perteneciendo.
La razón, en vano, le intenta explicar los motivos que la alejaron, le intenta hacer entender que ella ya no está, que tiene una nueva oportunidad de ser felíz y que debemos cerrar ese capítulo, pero basta una canción, un ligero soplo de la memoria para que el corazón dé un vuelco, preguntando cual infante si volverá, si podrá perdonar y brindarnos una oportunidad.
Con la esperanza acaparada, el corazón inventa miles de escenarios en donde la pudiera recuperar. Una y otra vez se disfraza de su risa, de sus palabras, lo veo buscar en los rincones la felicidad que su presencia le brindaba, pero no está y con ojos de reproche, le cuestiona a la razón porqué no le demostró el enorme amor que sentían.. ¿porqué dejaste que el orgullo te ganara? ¿porqué permitiste anidar la desconfianza? ¿porqué no detuviste la ira? ¿porqué no me dejaste hablarle? ¿porqué no me permitiste sanar? ¿porqué, porqué, porqué?
La razón no es capáz de sostenerle la mirada, lo único que atina a decir en voz muy baja es: lo siento, lo siento, lo siento.
“¡Busquémosla, reinventémonos, sé que podemos hacerlo, podemos cambiar para bien, podemos hacerla felíz, podemos ser felices juntos, lo podemos arreglar, lo TENEMOS que arreglar, no puedo extrañarla más!” el corazón enardecido intenta animar a la razón, -“Ella no quiere, huyó de mí, no de tí, tiene un nuevo corazón.. ya no es tiempo”-
Pero eso el corazón no lo entiende, vuelve a su búsqueda, deja de hablarle a la razón, quien tambien trabaja en cambiar, en mejorar, no quiere que suceda de nuevo, secretamente tambien anhela una nueva oportunidad.. pero eso el corazón no lo entiende.
Mientras el corazón se afana en amarla, la razón se ocupa en someterlo, sin embargo es imposible detener un mar de sentimientos y nuevamente el corazón se desborda, nuevamente su tristeza me inunda, nuevamente me enuentro amándola, nuevamente deseo estar con ella..
Lo sigo intentado, pero aún no puedo someter el corazón.