La vida con Paty

Conocí a Paty durante una breve consultoría en la empresa donde ella era administrativa. La naturaleza del proyecto nos puso largas horas trabajando juntos, durante las cuáles hicimos un eficiente equipo de trabajo y se inició una buena amistad.

Paty es una mujer 14 años mayor que yo, con ojos claros muy lindos, de carácter dulce y siempre con una sonrisa en los labios. Cuando la conocí era una mujer madura que irradiaba una sensualidad difícil de pasar por alto, y aún cuando su cuerpo ya no tenía la lozanía de la juventud, tenía una figura voluptuosa que siempre llamaba la atención.

Los tres meses del proyecto, se fueron en un abrir y cerrar de ojos, por lo que decidimos vernos para almorzar ún sábado. La relación dió un giro radical desde esa primera vez que nos vimos fuera del ambiente laboral, la conversación seguía siendo muy placentera y fluída, pero ahora los temas ya no eran la música, los libros y la muy discutida política. Desde ese día el sexo ocuparía la mayor parte de nuestras conversaciones.

Me sorprendió enormemente escuchar a la dulce y tierna Paty, hablándome de lo mucho que le gustaba coger, con lujo de detalles y utilizando un delicioso y soez vocabulario. Ahora el cotilleo diario de la oficina era aderezado con detalles de fantasías y en algunos casos, con historias de encuentros reales con sus compañer@s. Continuar leyendo “La vida con Paty”

El Arcadia

Gracias a los comentarios de Lau (¡¡Acá el chisme!!), recordé mi primer visita a un cine porno,  y creo que es una excelente anécdota para postear.

Mi edición de “Violación en Polanco” era la más chichinfla, de papel revolución y con una pésima ilustración. Recuerdo haberla comprado en el rebusque de Gandhi y pagué 35 pesos. La verdad es que ni el precio, ni la edición le hacían justicia al contenido, la empecé a leer justo después de salir del rebusque, no pude soltar el libro hasta terminarlo.

La parte del “Cine de piojito” se me hizo verdaderamente interesante así que me propuse visitar uno de estos cines para adultos, tarea no tan sencilla tomando en cuenta que yo tenía 16 o 17 años y con una cara de escuincle que no me ayudaba para nada.

Así pues me dejé crecer un poco la barba y bigote..  semana y media después y maldiciendo mi lampiña piel, me armé de valor y tomé el metro rumbo al Arcadia. Una vez allí con paso firme y decidido me enfilé a la taquilla, iba a entrar, lo tenía que hacer, no hay vuelta de hoja.. porqué chingaos no me van a vender un boleto, a huevo, a huevo.. ¡¡ooh mira, unas maquinitas!!! Continuar leyendo “El Arcadia”

Imaginando un orgasmo

Del otro lado del teléfono escucho tu voz aterciopelada, una breve conversación nos pone al tanto de nuestras vidas. Al cabo de 10 minutos surge la verdadera razón de tu llamada, estás excitada, sola y recostada en tu cama.

Mientras platicábamos habías comenzado a tocarte, primero como no queriendo la cosa, sin embargo ya escucho tu respiración un poco agitada.

-Me encontré tu blog- dices con voz pausada -Me gustó, me masturbé un par de ocasiones, pero prefiero escucharte-

Tu voz es acompañada por el zumbido de alguno de tus juguetes que recién encendiste.

-Cuéntame algo rico, ¿qué has hecho, te has ido de pirujo, has tenido mucho sexo?- Continuar leyendo “Imaginando un orgasmo”