La Condesa

Alta, delgada, de pelo negro y rizado, con los ojos brillantes, la sonrisa de concurso y esa voz ronquita que le dá un toque super sexy, Lore no ha cambiado mucho; quizá un par de kilos más y distribuidos perfectamente.

Para mi fortuna, me la he encontrado en la calle después de 17 años de haberle perdido la pista. Intercambiamos apuradamente números telefónicos pues su esposo la esperaba en la camioneta con una cara de no muy complacido, quizá por el apretadísimo abrazo con el que me saludó.

Una hora después recibí su llamada para preguntarme si esa noche podríamos cenar juntos, no les necesito decir que respondí con una afirmación del tamaño del mundo.

Tras mi emoción inicial, me golpeó la posible realidad de la cena: Lorena y yo, contando viejas anécdotas, riendo pletóricamente y explicándole el quién, el cómo y  el porqué de cada cosa a su esposo, sin tocarnos mucho porque como dice aquella frase: “Fuel and matches” Continuar leyendo “La Condesa”

El trofeo

Internet es como una maquinita de chicles, nunca sabes de qué color te sale hasta que lo tienes frente a tí.

Y me ha tocado una bio-diversidad realmente interesante, pero cuando te ví, la verdad es que no lo creía.

¡¡FUCKIN’ UNBELIEVABLE!!

No tenías foto en tu perfil, así que por default, hubieras quedado fuera de inmediato. Cuando llegó tu petición, lo primero que me llamó la atención fue tu ortografía, parece que un graffitero con gusto por el regetón, te enseñó a escribir. Continuar leyendo “El trofeo”

La luna del bajío

Cobijado por una luna llena espectacular, llegué a la fuente donde habíamos quedado de vernos.

Me recibiste con una sonrisa franca que me hizo sentir confortable, tus ojos de avellana estaban llenos de nerviosismo e incredulidad, pues habíamos compartido muy poco, unas cuantas horas a lo mucho, y aquí estábamos en el lugar menos pensado con toda la noche por delante para descubrirnos.

Durante la cena, las ocasiones para reir no faltaron, nuestras miradas fueron saciando su curiosidad, las historias fueron acompañantes perfectos para nuestros platillos, que al igual que las palabras eran abundantes y deliciosos. Nuestras inquietudes poco a poco se fueron desvaneciendo dando paso a la curiosidad y abriendo interesantes posibilidades.

Al llegar el postre, estaba cierto de querer pasar más tiempo contigo, aunque tus ojos me secundaban, aún me quedaba la duda si era mutuo el interés. En cuanto subimos al auto disipaste la duda con tu beso urgente, sorpresivo y apasionado que marcó el rumbo de la noche. Continuar leyendo “La luna del bajío”

El Arcadia

Gracias a los comentarios de Lau (¡¡Acá el chisme!!), recordé mi primer visita a un cine porno,  y creo que es una excelente anécdota para postear.

Mi edición de “Violación en Polanco” era la más chichinfla, de papel revolución y con una pésima ilustración. Recuerdo haberla comprado en el rebusque de Gandhi y pagué 35 pesos. La verdad es que ni el precio, ni la edición le hacían justicia al contenido, la empecé a leer justo después de salir del rebusque, no pude soltar el libro hasta terminarlo.

La parte del “Cine de piojito” se me hizo verdaderamente interesante así que me propuse visitar uno de estos cines para adultos, tarea no tan sencilla tomando en cuenta que yo tenía 16 o 17 años y con una cara de escuincle que no me ayudaba para nada.

Así pues me dejé crecer un poco la barba y bigote..  semana y media después y maldiciendo mi lampiña piel, me armé de valor y tomé el metro rumbo al Arcadia. Una vez allí con paso firme y decidido me enfilé a la taquilla, iba a entrar, lo tenía que hacer, no hay vuelta de hoja.. porqué chingaos no me van a vender un boleto, a huevo, a huevo.. ¡¡ooh mira, unas maquinitas!!! Continuar leyendo “El Arcadia”

El sol de Cancún

Estoy en una palapa, para ser preciso la palapa donde trabajo, desde ella puedo ver la playa, y las 2 piscinas del hotel, vacias en este momento.

La lluvia ahuyentó a todos los turistas mandándolos a sus habitaciones (no se les fuera a mojar el traje de baño). Algo delicioso de las pequeñas lluvias en Cancún es que el agua es tibia, así que hasta rico es que llueva. Llevamos 2 días con estos chaparrones que duran 30 minutos tras los cuales sale el sol a pleno y vuelve a elevar la temperatura, 3 o 4 horas después vuelve a llover y así..

Han sido días malos para la venta, así que estoy un poco aburrido en mi “oficina” con vista al mar. Ya casi no llueve pero la gente está asomada desde las ventanas de su habitación anhelando que se quite por completo para volver a salir a la playa (¡¡¡maricotas!!!).

Por el camino de adoquín veo acercarse 5 figuras femeninas que vienen paseando muy quitadas de la pena aún y con la ligera lluvia. todas vienen en bikini y pareo, dos de ellas traen playera. Cuento 2 cabelleras negras, una rubia, una pelirroja y una castaña, alcanzo a ver curvas muy pronunciadas en 3 de ellas, una menos exhuberante, pero también de figura femenina, otra muy esbelta, una figura más bien elegante. Continuar leyendo “El sol de Cancún”

Imaginando un orgasmo

Del otro lado del teléfono escucho tu voz aterciopelada, una breve conversación nos pone al tanto de nuestras vidas. Al cabo de 10 minutos surge la verdadera razón de tu llamada, estás excitada, sola y recostada en tu cama.

Mientras platicábamos habías comenzado a tocarte, primero como no queriendo la cosa, sin embargo ya escucho tu respiración un poco agitada.

-Me encontré tu blog- dices con voz pausada -Me gustó, me masturbé un par de ocasiones, pero prefiero escucharte-

Tu voz es acompañada por el zumbido de alguno de tus juguetes que recién encendiste.

-Cuéntame algo rico, ¿qué has hecho, te has ido de pirujo, has tenido mucho sexo?- Continuar leyendo “Imaginando un orgasmo”

Una buena lectura

Además de las tantas cualidades que Ana poseé, tenía la enorme ventaja de que su padre era dueño de una librería, así que teníamos acceso a cuanto libro quisiéramos leer. Quizá en un primer vistazo no parece tan genial, pero tener una libreria como biblioteca personal es muy cómodo.

Ana tiene el arte en las venas, su padre bibliófilo, su mamá pintora, ella actríz de teatro, escritora, guionista y ávida.. avidísima lectora.

Como buena artista la pasión es su principal motivación, lo que yo disfrutába enormemente, pues eran largas horas que dedicábamos a dar rienda suelta a nuestra sexualidad.

Imagino que su gusto por la actuación le brindaba esa facilidad y goce por exhibirse, así que pronto nos encontramos teniendo sexo en lugares donde fácilmente nos podían ver. Uno de esos lugares era una hamaca que instalamos en una azotea  flanqueada por 2 pequeños edificios cuyas ventanas nos ofrecían una buena cantidad de público. Continuar leyendo “Una buena lectura”

La buena esposa

Sin temor a equivocarme, puedo decir que Helena es una mujer notable:

Lleva una excelente relación con su esposo, atiende a sus hijos amorosamente, mantiene su hogar perfectamente, prepara la comida de su familia con esmero y excelente gusto culinario, es presidenta de la asociación de padres de la escuela de sus hijos, su casa está decorada con suma elegancia, habla 3 idiomas y tiene un título universitario.

Al nacer su primer hijo, tomó la decisión de renunciar a su carrera profesional y dedicarse a ser la estupenda mamá, esposa y ama de casa que es.

Alguna vez le he dicho a Helena que es como si fuera la guionista de esos programas del hogar, desde las manualidades, hasta las galletitas horneadas, su hogar es simplemente impecable.

Es por esto que Alan está mas que contento con cumplirle su único capricho “fuera de lo común” a Helena y cómo no, después de trabajar con tanto empeño en su hogar creo que se lo merece. Continuar leyendo “La buena esposa”

El vaivén de tus caderas

El vaivén de tus caderas al caminar, provocaba que tu vestido danzara alrededor de tus muslos, los altísimos zapatos de plataforma le daban una personalidad putanezca a tus piernas, largas y morenas.

El escote no era tan pronunciado pero permitía admirar suficiente de tus senos como para desear estar entre ellos.

Tus ojos llenos de atrevimiento confirmaban el mensaje que todo tu cuerpo enviaba, “soy una hembra con ganas”

Sentada en la terraza con las piernas semi-abiertas, eras una invitación al placer, tus labios besaban la taza cada vez que sorbías café de ella. Pasaron unos minutos y nadie se acercaba, no esperabas a nadie y tu café ya estaba en su segunda mitad. Tu oferta estaba a punto de expirar, tu gesto había cambiado un poco..
ahora había una pequeña duda en el, ¿acaso nadie te había visto entrar, acaso nadie había notado el vaivén de tus caderas? Continuar leyendo “El vaivén de tus caderas”

Azul y negro | Segunda Parte

La cadena que me entregó era la típica correa de perro, con la diferencia que los eslabones estaban recubiertos en plata.

Al salir del restaurante, le puse la cadena a M, quien ronroneaba por el puro placer de verse con la correa puesta, la gargantilla de cuero era muy suave y tenía brocados el nombre de ella (M) y su propietario (D).

Decidímos pasearla en un parquecito de Polanco, es tranquilo, parece que está abandonado, casi no tiene visitantes y estaba a unas cuadras por lo que era una buena opción.

Ella caminaba delante de nosotros, con un andar provocativo, cuando alguien pasaba a su lado se tocaba los pezones o se agarraba las tetas, mostrándose a los transeúntes, quienes no podían mas que mirarla. Las reacciones eran diversas había quienes la admiraban, quienes movían la cabeza en son de disgusto, quienes apuraban el paso.. Continuar leyendo “Azul y negro | Segunda Parte”