El placer licuante

Comienza cuando me regalas tu sonrisa, justo antes de asaltarme con un beso juguetón, pícaro, ansioso por recordarme tu esencia, siempre tan fluida y líquida.

Al toque de tu piel comienzan a efervecer en mi interior sensaciones que nacen como pulsos eléctricos y pronto se transforman en un riachuelo, reconociéndote y confirmando nuestra afinidad.

Un velo protector e invisible cubre tu cuerpo, mis manos comienzan a retirarlo, ellas conocen la forma de liberar esa delicada pieza de arte que poco a poco va quedando expuesta al río de emociones en que has tornado mi interior.

Nuestros pulsos acelerados, al mismo ritmo podría apostar, marcan el movimiento de nuestros cuerpos, contenedores de dos marejadas iguales y separadas que buscan una forma de reencontrarse. Continuar leyendo “El placer licuante”