Las mil y un historias

“Para las mujeres el mejor afrodisiaco son las palabras, el punto g está en los oídos, el que busque más abajo está perdiendo su tiempo y el nuestro.”

Isabel Allende

-“X, me dió tu número, ella ya te ha contratado un par de veces”-
-“Si, claro que me acuerdo.. ¿en que te puedo ayudar?”-

Tras una breve explicación de sus necesidades concertamos una cita, lo más extraño era el lugar: el messenger.

A la hora acordada, me conecté al messenger con mi flamante cuenta de escort con cero contactos, cero kms. ¡¡nueeeeevaaa de paquete!!

A los 5 minutos me llegó la petición de la clienta en potencia y comenzó “la prueba de manejo”.

Comenzamos a charlar y me pidió que le hiciera un breve relato, sobre un tema en particular.
Aunque parezca una bobada, pero a veces uno simplemente no está inspirado, así que el relato no fue nada bueno, digamos que no tuve buen arranque en frío.

Siguió la charla por el messenger y me dió más datos que me permitieran entrar en calor. Era una típica seducción por messenger, con la diferencia que estaba siendo evaluado, así que tenía que ponerme las pilas y mejorar para no ser un producto descartado.

El segundo relato fue mejor que el primero, la charla se convirtió en una videollamada en la que pude ver lencería muy bonita, unos senos perfectos y un clítoris constantemente acariciado por una mano delgada y fina.

Me pidió le mostrara mi “herramienta”, lo sui géneris de la petición es que primero la quería ver, flácida. Un poco difícil pues la imagen de la webcam ya había surtido efecto, por lo que tuve que usar mi método anti-erecciones.

Comprobando su rotunda eficacia, mi erección pasó a ser pretérito al recordar diferentes imágenes de la lidereza sindical de los magistrados.

Le enseñé mi “herramienta” (como ella la llamaba) en estado flácido, tras un par de minutos donde me pedía verla de diferentes ángulos, me pidió que comenzara a erotizarme para tener nuevamente una erección. Cosa que  no me costó trabajo, gracias al púbis rasurado que aparecía en mi pantalla siendo acariciado por su mano.

Me pidió un último relato, éste tercer relato fluyó mucho mejor (ya encarrerado el ratón..) al terminar de leerlo, me confirmó un cita para el mártes por la tarde.

¡Ja! había pasado la prueba de manejo.

El martes a medio día llegó un mensaje al celular recordándome la cita de la tarde e informándome el lugar de la misma: Lobby del Hotel Sheraton.

Al llegar allí no tuve mas que esperar un par de minutos cuando me abordó una distinguida dama, cuya mano delgada y fina reconocí de inmediato.

Como todos los encuentros de este tipo, la situación económica era lo primero que había que arreglar. Me extendió un sobre con 5 veces más de lo que había estipulado en las tarifas.

-“Espero que no tengas más citas esta noche”-

Y así emprendimos el vuelo. Ya en la habitación, me pidió sentarme en un sofá ubicado junto a la cama viendo hacia la cabecera, ella traía un vestido muy elegante, negro con plateado de una tela satinada, la parte de arriba era cruzada y la falda enfundaba unas caderas y muslos amplios.

De inmediato se despojó del vestido y quedó en una lencería bastante erótica: un bra transparente, con unas bragas corte francés, muy muy elegantes, de repente en esta época de “todo-tangas” es reconfortante ver este tipo de lencería.

las piernas iban desnudas, calzadas con unas ligerísimas zapatillas abiertas, que no se quitó. Este detalle me encantó.

Se recostó en la cama y me pidió que le relatara un encuentro en un automóvil, comencé a contarle la historia que me pedía, de un bolso grande de piel sacó un vibrador plateado con el que comenzó a acariciar su vulva, con mucha parsimonia, no tenía prisa, al fín de cuenta teníamos toda la noche.

A mitad del relato, ella comenzó a participar de la historia y caracterizó el personaje de la mujer, comenzó a acelerar el ritmo del vibrador mientras en la historia llegábamos casi al climax, unos minutos después pude ver las oleadas de placer que la recorrían mientras terminábamos el relato.

Me instruyó que yo me tenía que masturbar a la par que ella y cada vez que eyaculara, lo hiciera sobre su cuerpo.

Antes de comenzar el segundo relato, llegó a la habitación la cena japonesa que había ordenado para los dos.

Emprendimos nuevamente los relatos, esta Mujer era toda una caja de pandora, pues los temas que solicitaba iban desde lo más romántico hasta lo mas procaz.

A las 3 de la mañana, ambos estábamos exhaustos, la ví quedarse dormida profundamente en pocos minutos. Decidí que era buen momento para retirarme, le dejé una pequeña nota que leía “Buenas noches”

Al salir de la habitación me sentía una especie bizarra de Sherezada (¿o será Sherezado?)

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9 respuestas a “Las mil y un historias”

  1. La cita de Allende es muy afortunada para tu relato. Ayer te preguntaba sobre tu “oficio” y , con tus relatos vas dando respuestas. Sin duda alguna el mejor estimulante para el erotismo es la imaginación : con palabras, letras o relatos.

    Los “grandes demonios” están ahí adentro y hay que saber como liberarlos para disfrutar de sus sublimes placeres. Pero bueno no voy a decirte algo nuevo, son los viejos temas que por largos años hemos discutido tan amenamente………

    1. Y lo mejor de todo es que no sólamente hemos teorizado, ventaja importante es que hemos pasado de lo abstracto a lo concreto, Instigando, persiguiendo y alcanzando a los Grandes Demonios (¡que buen nombre!)

      No sólamente los hemos llamado, también los hemos visto venir y hemos danzado con ellos, hemos puesto en práctica nuestras teorías y siempre tenemos nuevas ideas.

      ¡Gracias por el comentario, pero sobre todo por esos largos años de complicidad que hemos compartido!

      ¡¡Saludos!!

  2. Es incuestionable tu capacidad narrativa en el genero erotico. Te felicito y al mismo tiempo es envidiable la suerte que corres con las damas de todos los niveles.

    De acuerdo con todos en el sentido de que lo mas sensible de las mujeres es el oido y a través de él conquistamos o echamos todo a perder.

    1. Leo, muchísimas gracias por tu comentario.

      No puedo estar más de acuerdo con todos, que el oido es la verdadera puerta al paraiso, ya sea que uno busque el alma, la sonrisa o el calor de una mujer es por nuestros labios que conseguiremos o no, llegar a nuestro objetivo.

      Espero encuentres muchas más historias que sean de tu agrado en este espacio.

      ¡Saludos!

  3. A caray y yo buscando chamba. Pudiendo monetizar mis muy puercas y sucias “habilidades” así que no seais ojeis mi Querido Noc, y comparte la dirección electronica de tan pudiente Damita.

    Dirían los clásicos dels bisnes… que te “salpico” con las ganancias, pero en este caso semen ocurren otras formas de decirte que compartimos las utilidades.

    Y por cierto esa competencia es desleal… ehhh. Ahora resulta que no soy el único SexoServidor y Amigo en esta relación

    1. JAJAJAJAJAJAJJAA… así es mi Estimado Perverso.

      ¡¡¡Pero lo mío es meramente un ejercicio antropológico, lo suyo es por el puro gusto de ser!!!

      Y eso del salpicón, de verdad le agradezco su intención, pero mejor absténgase de hacerlo.. vaya a ser que me queme un ojo.

      Un abrazo fuerte mi buen Perverso.

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