-“Buenas tardes, señorita, tengo cita con la Doctora N, a las 4:00 pm”- Anuncié a la recepcionista.
Mientras ella revisaba la agenda en su computadora, yo daba un vistazo a la elegante sala de espera en la que se encontraban dos personas cómodamente sentadas, disfrutando de un café.
-“La Dra. lo recibirá en un par de minutos, si gusta tomar asiento”- Decidí sentarme en un sillón un poco apartado, donde podría esperar tranquilamente.
Mientras tanto decidí, re-leer la breve conversación que me había traído aquí:
-“Le confirmo su cita con la Dra. N, hoy a la s 16:00 hrs. favor de confirmar su puntual asistencia”-
-“Gracias, les confirmo que estaré allí a las 4:00 pm, sin falta” –
-“Perfecto, lo esperamos. Le confirmo dirección del consultorio..”-
La presencia de la chica de recepción me hizo levantar la mirada. -“Si gusta seguirme por favor, la Dra. está lista para recibirlo.”- Asentí y seguí la delgada figura de la chica que me llevó hasta la puerta del consultorio, la cual abrió ceremoniosamente mientras me obsequiaba una amplia sonrisa.
Mientras cerraba la puerta, la Dra. N. me hizo la indicación con la mano que tomara asiento en uno de los sillones individuales y que esperara un minuto, pues ella estaba al teléfono.
En el asiento contiguo al mío se encontraba una pequeña bola de tela, una vez que puse mayor atención descubrí que era un calzóncito muy femenino, con flores y encaje.
Sin mucho pensarlo lo tomé y para mi sorpresa, aún estaba tibio y con la zona de la entrepierna muy mojada. Instintivamente me lo llevé a la naríz y pude percibir una deliciosa mezcla de perfume con el íntimo olor de una Mujer.
Me puse de pié y rodeé el escritorio de la Dra. que seguía atentamente todos mis movimientos con su mirada. Comencé a desabrocharme el pantalón y bajar mi bragueta, ella de inmediato puso sus manos sobre sus piernas.
-“¿Quieres mamármela?”- Sin quitarme la mirada, asintió con la cabeza. Tras su silente confirmación, metí mi falo en su boca, Ella lo empezó a lamer y chupar con deseo. Su cabeza se movía rápidamente, saboreando todo mi falo, desde la base hasta el glande.
Era una deliciosa mamada, muy húmeda y con gran maestría. -“Sóbame los huevos, que bien que te gustan”- le dije mientras la tomaba del cabello, para controlar el ritmo con el que engullía mi falo. Sus manos se separaron de sus piernas y comenzó a sobarme los huevos delicadamente, primero con las yemas de los dedos y luego con las uñas.
Un largo hilo de saliva colgaba de mi miembro, lo agarró con sus manos y comenzó a distribuirla en mi falo, escroto y perineo. -“Que buena eres mamando.. ¿te gusta tener la boca llena de verga?”- Jalé un poco de su cabello para sacar mi falo de su boca.. Sus hermosos ojos verdes, abiertos como platos no dejaban de mirarme. -“Si, me encanta”- dijo con un hilo de voz.

-“No te esuché putita.. qué dijiste?”- Intentó meterse nuevamente mi falo a la boca, pero con un firme tirón de cabello, lo evité. -“Me encanta tener la boca llena de verga”- repitió un poco más fuerte. Nuevamente tiré de su cabello, -“No te escuché.. repítelo mucho más fuerte”- Tomé su celular que estaba sobre el escritorio y se lo acerqué.
-“Soy una puta, que le encanta tener la boca llena de verga”- relajé un poco la tensión en su cabello para que pudiera seguir felándome. Engulló completo mi falo y sus manos jugaban en mis testiculos y perineo, aprovechando la abundante saliva que su experta felación generaba.
-“Enséñame las tetas”- Mientras seguía comiéndome, sus manos rápidamente desabrocharon la parte superior de su vestido y bajó su brassiere, para liberar un hermoso par de senos, con pezones color rosa de grandes areolas y pequeños pezones que parecían botones. Estaban muy duritos. Comencé a acariciar sus senos, estrujarlos un poco, le dí un par de manotazos que resonaron en el consultorio y que le extrajeron un largo y placentero gemido.
Ahora tenía los ojos cerrados, perdida en disfrutar de mi miembro, le había soltado el cabello y dejaba que lo disfrutara a su gusto. Lo lamía a lo largo, ancho, de arriba a abajo, se lo metía completo, mordisqueaba suavemente el glande, le escupía para luego esparcir esa saliva con sus manos. Le dejé hacer por un par de minutos. Parecía una niña, disfrutando de su postre preferido.
Le ordené desabrocharme los zapatos. De inmediato se hincó para deshacer el moño de mis agujetas, mientras lo hacía, lamía mis zapatos lentamente mientras me miraba con esos ojos que irradiaban deseo.
Una vez que tuvo mis pies desnudos, golosamente comenzó a lamerme los dedos de los pies, gimiendo profundamente. – “Para el culo, putita”- de inmediato obedeció levantando su redondo trasero. Acerqué dos dedos a sus labios; Adivinando mi intención se los metió rápidamente a la boca y se dedicó por unos segundos a ensalivarlos profusamente. Los tomó con una mano y les escupió, para volverlos a meter a su boca. -” Muy bien, putita.. dónde los quieres?”-
Rodeó mis dedos con su mano y los dirigió a su ano. -“Me tienes que decir dónde quieres que te los meta, puta..”- Nuevamente acerqué su teléfono. -“Tu puta quiere que le metas los dedos en el culo, quiero que me metas toda la mano en el culo, que me lo dejes bien abierto”-
Tomé su teléfono y me puse detrás de ella, -“Enséñame el culo, muéstrame lo puta y viciosa que eres”- Paró completamente el culo, puso su cara en el suelo y volteando a verme con cara de zorra, se recogió el vestido, se abrió las nalgas y dejó al descubierto su culo.
Le tomé un par de fotos, en donde parecía estrella porno, estaba perdida en un mar de deseo y lo estaba disfrutando enormemente. – “Dime que quieres”- Esta vez comencé a grabar un video, se veía completamente cachonda en esa pose, con el vestido hecho un desastre, abriéndose las nalgas, mostrando el culo y con un rostro que rogaba le pusieran una buena cogida. – “Quiero que me abras el culo, quiero que me metas toda la mano, quiero que me uses como la puta que soy”-
Me puse frente a ella nuevamente -“Quítame los pantalones, putita”- se apuró en bajarme los pantalones que ya tenían una gran mancha de humedad por su saliva.
-“Ven por tu premio”- Le dí la espalda y pude sentir como se acercó a mí con celeridad para comenzarme a besar el ano. Sus manos abrían mis nalgas y su lengua hambrienta me daba lametones a diestra y siniestra, mientras disfrutaba de mi perineo y ano, emitía gemidos constantes, disfrutando enormemente de lo que estaba haciendo.
Separé un poco las piernas y ella como cachorro, se metió inmediatamente entre ellas. Se acostó boca arriba y de inmediato con sus manos en mis piernas empezó a jalarme hacia ella. -“Qué quieres perrita, pídemelo”-
Nuevamente le acerqué su celular, -“Siéntate en mi cara, déjame lamerte los huevos, comerte el culo”- Tal como ella lo quería me senté en su cara, poniéndole mi ano y testículos para que disfrutara a placer.
Mientras su lengua recorría libremente tan sensible zona, su mano trabajaba mi pene, de arriba a abajo. Lo hacía con la perfecta presión y velocidad. Indudable su calidad de puta. Aproveché el momento para tomarle fotos en esta posición, perdida en obsequiarme un grandioso beso negro y con el rostro invadido por el deseo.
Para finalizar una larga sesión en la que disfrutamos plenamente. La hinqué nuevamente frente a mí y mientras su lengua jugueteaba con mis testículos, yo le daba golpes con mi miembro en la cara. -“Si, dame mis vergazos, me he portado muy mal y me los merezco.. “- mientras decía esto, yo sostenía su teléfono, grabando video de su delicioso hacer. -“Lléname la cara de leche, déjame toda embarrada..”-
Al pasar por la sala de espera, me acerqué a despedirme del esposo de la Dra. -” Uff, que buena sesión”- me dijo con su celular en la mano. – “Si, la putita se portó muy bien, te la dejé toda llena de mecos para que la limpies completa”- Sus ojos brillaron con excitación ante lo que le esperaba.