Podría haber sido increíble

Tus hermosos ojos, tu sonrisa, tu pelo rebelde y auténtico..
El sentido del humor que te caracteriza
Tus ganas de vivir la vida
Tus labios, suaves y cariñosos

Mis manos recorriendo tu espalda
El sorpresivo sentimiento del amor, tantos años adormecido en mí
Mis ganas de abrazarte
Mis deseos de cuidarte, procurarte y protegerte

Nuestros besos, largos, lentos y deliciosos
Nuestros encuentros siempre faltos de tiempo
Nuestros suspiros, nuestros Te Amo
Nuestras noches llenas de sueños, deseos, expectativas

Podría haber sido para siempre
Podría haber sido increíble
Podría haber sido nuestra historia
Podría haber sido..

 

Esta noche

Esta noche me he propuesto
beberme entera tu mirada,
cobijarme con tus besos,
tornar tu vientre en mi almohada.

Ser aquel que te reconforta,
el que te seduce el alma,
ese que venza tus miedos,
quien te bese de madrugada.

Esta noche me he propuesto
borrar todos tus fantasmas,
para despertar la pasión
que tienes en tí guardada.

Tatuarme tu sonrisa,
aclarar tu mirada,
liberar la mariposa
en tu corazón atrapada.

Esta noche me he propuesto
convertirte en mi amada.

 

 

Sometiendo al corazón

A casi 2 meses de su partida, el corazón la sigue buscando.

Ya sea en la cama donde extraña su tibieza, ya sea el sonido de su voz, o el aroma de su cuerpo, el corazón la sigue amando. En constante dolor por su ausencia, en constante arrepentimiento por dejarla ir, en constante melancolía por su recuerdo, el corazón le sigue perteneciendo.

La razón, en vano, le intenta explicar los motivos que la alejaron, le intenta hacer entender que ella ya no está, que tiene una nueva oportunidad de ser felíz y que debemos cerrar ese capítulo, pero basta una canción, un ligero soplo de la memoria para que el corazón dé un vuelco, preguntando cual infante si volverá, si podrá perdonar y brindarnos una oportunidad.

Con la esperanza acaparada, el corazón inventa miles de escenarios en donde la pudiera recuperar. Una y otra vez se disfraza de su risa, de sus palabras, lo veo buscar en los rincones la felicidad que su presencia le brindaba, pero no está y con ojos de reproche, le cuestiona a la razón porqué no le demostró el enorme amor que sentían.. ¿porqué dejaste que el orgullo te ganara? ¿porqué permitiste anidar la desconfianza? ¿porqué no detuviste la ira? ¿porqué no me dejaste hablarle? ¿porqué no me permitiste sanar? ¿porqué, porqué, porqué?

La razón no es capáz de sostenerle la mirada, lo único que atina a decir en voz muy baja es: lo siento, lo siento, lo siento.

“¡Busquémosla, reinventémonos, sé que podemos hacerlo, podemos cambiar para bien, podemos hacerla felíz, podemos ser felices juntos, lo podemos arreglar, lo TENEMOS que arreglar, no puedo extrañarla más!” el corazón enardecido intenta animar a la razón, -“Ella no quiere, huyó de mí, no de tí, tiene un nuevo corazón.. ya no es tiempo”-

Pero eso el corazón no lo entiende, vuelve a su búsqueda, deja de hablarle a la razón, quien tambien trabaja en cambiar, en mejorar, no quiere que suceda de nuevo, secretamente tambien anhela una nueva oportunidad.. pero eso el corazón no lo entiende.

Mientras el corazón se afana en amarla, la razón se ocupa en someterlo, sin embargo es imposible detener un mar de sentimientos y nuevamente el corazón se desborda, nuevamente su tristeza me inunda, nuevamente me enuentro amándola, nuevamente deseo estar con ella..

Lo sigo intentado, pero aún no puedo someter el corazón.

Dulce veneno

Con ver tus ojos supe que eras peligrosa, un par de miradas bastaron para confirmarlo.

La inocencia brilla de primera instancia en tus pupilas, pero inmediatamente después salta a la vista el profundo deseo que tu cuerpo encierra, la sonrisa perversa y seductora disipa cualquier duda que pudiera quedar.

Al acercarme noto el fuerte olor a sexo que emana de tí, el tacto de tu piel es tierno, sin embargo esta sensación es reemplazada inmediatamente por una descarga eléctrica que nos recorre a ambos al tocarnos. Tus ojos se clavan en los míos buscando una rápida respuesta a esta repentina chispa que ha aparecido entre nosotros.

Desnudarnos y acariciarnos parece ser la única respuesta aceptable, comenzamos el conocido ritual de reconocernos, con larguísimos besos pendulares que oscilan de lo sutil a lo salvaje, nuestras manos hambrientas recorren erráticamente el cuerpo del otro, en ocasiones con ternura, en otras con pasión desbordante. Continuar leyendo “Dulce veneno”

El momento de la verdad

Dormir en el centro de la cama, mudar mi ropa al que fuera su clóset, ver el espacio vacío que sus cosas dejaron, sentir en los huesos su silencio, habitar el que fuera nuestro espacio, abrir la alacena, un clóset, una caja, la lavadora, el baño o cualquier cosa y encontrar un recordatorio de ella, recordar día a día nuestro universo, nuestras frases.

Este es el momento de la verdad, el polvo de la pelea se ha asentado y el panorama es claro. Desolador, pero finalmente claro: He alejado a la mujer de mi vida, así de llano y crudo.

Atrás quedaron los sueños, los proyectos, los deseos compartidos, atrás quedó el amor.

Me veo en el espejo y como nunca antes en mi vida, veo reflejada mi soledad. Es justo ahora cuando tengo que comenzar a moverme, romper la inercia de la separación, reevaluar absolutamente todo y comenzar de nuevo. No tengo el menor deseo de recomenzar, pero lo tengo que hacer.

No queda otra dirección mas que adelante, no sé que me encuentre en este camino que hoy comienza, pero no tengo otra opción mas que seguirlo, al principio con un paso lento y tambaleante, con el deseo de pronto tomar vuelo y encontrar nuevamente en el espejo mi reflejo completo.

Mi tabla de salvación adoptó la forma de una frase, que repito insistentemente ante cada embate de la memoria: “Salta valiente, salta”. En ella he volcado mi resto, apuesto lo muy poco que me queda en estas tres palabras.

Justo ahora es el momento de la verdad: o te paras o te mueres.

 

El placer licuante

Comienza cuando me regalas tu sonrisa, justo antes de asaltarme con un beso juguetón, pícaro, ansioso por recordarme tu esencia, siempre tan fluida y líquida.

Al toque de tu piel comienzan a efervecer en mi interior sensaciones que nacen como pulsos eléctricos y pronto se transforman en un riachuelo, reconociéndote y confirmando nuestra afinidad.

Un velo protector e invisible cubre tu cuerpo, mis manos comienzan a retirarlo, ellas conocen la forma de liberar esa delicada pieza de arte que poco a poco va quedando expuesta al río de emociones en que has tornado mi interior.

Nuestros pulsos acelerados, al mismo ritmo podría apostar, marcan el movimiento de nuestros cuerpos, contenedores de dos marejadas iguales y separadas que buscan una forma de reencontrarse. Continuar leyendo “El placer licuante”

Veneno

Con el alma envenenada, te sonrío
con el ánimo quebrantado, te acaricio

Perdón y olvido,  juntas pero no equivalentes
perdón y olvido, son verbos diferentes

Quemante desconfianza tengo de tí
de tu piel, de tus labios y lo que hasta ayer sentí

Envenenado estoy,
con ácida desesperanza
y en completa desilusión 
 
Tu rostro es el mismo
pero ya no es igual
Tus ojos me miran
pero no puedo olvidar

Envenenado estoy
Envenenada estas.

Viento

Comienzo por tu nuca.
la beso y me responde tu aroma,
fresco y dulce combina perfecto
con tu piel traviesa que ya se asoma

Juego con tu cabello,
marco perfecto para tu cara,
en ocasiones alisado y ordenado,
salvaje y en ebullición cuando cabalga

Es tu espalda ahora mi lienzo,
con mis manos la recorro a pinceladas
lleno de figuras esa suave línea que la divide
e indica el camino hacia tus nalgas.

Voluptuosas e invitantes, son ellas natural imán,
mis yemas toman nota escrupulosa
del color, textura y forma
del adictivo y arrebatador talismán

Tus piernas, vastos campos donde mi lengua florece
y recibe tu piel erizada, mientras mis dedos
marcan con una sincopada pauta
el ritmo y dirección donde tu piel ha de ser besada

Siento tu respiración quebrada y tu cuerpo ondulando
con un ritmo felino, suave y lento
que tu pélvis, impaciente, va marcando

Son ahora tus pies, de mis besos el destino
delicados, suaves, bellos y un poco tímidos
con mi boca los recorro y con besos los admiro
en ellos adivino los caminos que has vivido

Asciendo hacia tus senos
firmes, orgullosos, y de blanca apariencia
dos botones de canela por corona
que beso y acaricio con gran imprudencia

Es la orquídea de tu sexo quien ocupa mi mente,
mis labios deseosos de esos pétalos
se acercan lenta y sigilosamente
para descubrir a besos los secretos
que allí has guardado
para que sean sólo descubiertos
por quien esta noche te está amando.

Yo sólo soy el viento
que a tu alrededor danza
y aunque sea sólo un momento
sueño que soy yo el que te ama.

La hora azul

Abro los ojos, todo está entintado con un aura azul que precede al amanecer, el sol está por brindarnos su primer abrazo.

A mi alrededor todo está inmóvil, los objetos son perfectamente definibles aún en esta rara luz, quietos, amodorrados, como en espera que la actividad diaria les dé vida. Los sonidos están ausentes, la habitación está impasible, silenciosa; En la calle tampoco hay ruido, el mundo está dormido.

¿Porqué estoy despierto, qué fue lo que me hizo salir de mi sueño?

Continuar leyendo “La hora azul”