Hará cosa de 2 meses que en una de las tantas redes sociales que ahora hay en el internet, conocí a una amiga muy divertida, siempre de buen humor, siempre haciendo bromas o comentarios jocozos, tiene el don de alegrarme el día con sus comentarios.
Esta amistad iba muy encaminada por el sendero de “buenos amigos” ella es divorciada con 2 hijos, los que de repente salían al tema pero sin convertirse en algo protagónico. Mi super cuatacha, diría yo.
Finalmente tras muchas pláticas por teléfono, y por messenger, quedamos en conocernos. Llegué un poco tarde a la cita, al llegar me encontré con el rostro ya familiar de mi cuatacha. Y digo ya familiar porque tiene muchas fotos en su msn, lo que si no conocía era su cuerpo.
Un cuerpo robusto con una piel super blanca, suave y que huele muy dulce, un cuerpo “pachoncito” (en el mejor sentido de la palabra) que invita a abrazarla, su voz es también muy dulce y hasta maternal. En general podríamos decir que es una Mamá hecha y derecha, paciente como toda madre divorciada con 2 pre-adolescentes aprende a serlo, divertida, simpática, dicharachera, en fín alguien perfecto para ser tu gran cuatacha.
Cuando nos conocimos lo primero que me llamó la atención, fué algo que hasta entonces había pasado desapercibido para mí: tiene senos grandes, muy grandes. Esto es muy extraño pues me encantan los senos grandes y los detecto muy rápidamente, pero en esta ocasión no fué así, por lo que ver esos senos fué un bono extra al conocerla.
Comimos, platicamos, baboseamos y en general pasamos una tarde sabatina a todas márgaras, sin el menor aviso de cualquier intencionalidad sexual por ninguno de los dos.
La tarde pasó volando y cuando nos dimos cuenta ya estábamos en un bar tomando una cerveza mientras seguíamos platicando muy agusto.
Cuando llegó el mesero preguntando si queríamos algo mas pues la barra iba a cerrar, fue cuando nos percatamos que ya era bastante tarde, 2:40 am. para ser exáctos, los dos nos quedamos con el ojo cuadrado pues, nunca pensamos que fuera tan tarde.
Salimos del bar rumbo a su casa, al llegar, me iba a despedir cuando me dió posada en su casa, una voz ya no maternal, sino muy cachonda me invitó a quedarme y siendo tan facilote, pues no me negué.
Cuando llegamos a su departamento (padrísimo, por cierto) la plática siguió pero ya era un poco distinta la sensación, se excusó por un momento, pues iba al baño, me quedé viendo la tele mientras ella desaparecía por el corredor.
Su voz me volvió a llamar y me pidió que la alcanzara, estaba enfundada en una playera transparente que mostraba esos enormes senos, que no pude pasar por alto, pues tenían unos pezones muy bonitos, pequeñitos como del tamaño de una luneta, pero paraditos, paraditos.
No hubo mucho más que decir, más bien mucho más por hacer, creo que encerró a la mujer maternal en el clóset y dejo salir una mujer calientísima, que hacía y decía cosas super cachondas, una mujer que le gusta hacerlo como sea, por donde sea y que sabe como mantener la calentura a mil.
Desde su ventana el amanecer nos encontró desnudos y haciendo cualquier tipo de suerte sexual, la vista hacia el Ajusco era maravillosa, pero descubrir a una vecina viéndo nuestras peripecias, le dió un toque especial a ese amanecer.
Exhaustos, sudados, hambrientos y bastante felices, decidimos ir a desayunar y regresar para seguir con la faena.
A las 3 de la tarde del domingo, le habló su ex-esposo para avisarle que ya iba en camino a dejarle a los niños, así que tuvimos que suspender nuestra sesión.
Sin embargo tenemos una cita pendiente dentro de 15 días, pues hay algunas ideas que tenemos que poner en práctica.