Tortas Cubanas

Viernes, salgo de la oficina con estado “hastalamadrozo” tras una junta que parecía interminable, me encamino a mi sacrosanta morada para darme un regaderazo, relajarme y ver que hacer para iniciar bien el fín de semana.

Mientras estoy bañándome llega R, amigo de aventuras y desmadres. Me presenta a L amigo de oficina que se quiere unir al clan del intercambio y huateque sexoso.

Ambos andan buscando qué hacer este viernes, así que la alineación de esta noche es simple: 3 tornillos en busca de acción.

Enfilamos para polansky, hacia la famosísima emborrachaduría de los remedios, al llegar vemos que hay bastantes mujeres guapas, de todos colores, sabores, tamaños y actitudes.
!!!!YEEAAAHHH!!!!

Pedimos unas cervezas de a litro para empezar a diluir nuestro estrés, R comienza a platicar de algunas de nuestras aventuras, L se anima con la plática, tras 30 o 40 minutos de aventuras estamos bastante animados, cotorreamos y brindamos con nuestro tarrote de chela obscura.

Propongo que es hora de una perla negra pa’declarar oficialmente inaugurado el viernes por la noche.

Mientras platicábamos, también hemos escaneado las mesas del lugar y todos concordamos en que una mesa con 4 mujeres solas es “LA” opción.

He estado monitoreando esa mesa y van varios, pero vaaariooos, que son mandados directito a “nomestésfregando” sin escalas.

Decidimos que es un buen bautizo de fuego para L así que le damos la estafeta de este trío de tornillos, depositamos toda nuestra confianza en su verbo, en su look, en su seguridad, pero sobre todo en su testosterona y lo mandamos por delante a la mesa de las 4 chicas bateadoras.

Se acerca sigilosamente, parece que optó por el ataque directo, frontal y como va.. 10 metros y sigue avanzando, 5 metros aún se ve confiado, 3 metros, sigue… 2 metros, 1 metro.. !!!vuelta intempestiva a la derecha!!!!

UUUFFFFF al final parece ser que recalculó su estrategia y no era la correcta así que se hace wey y pasa de largo como si fuera al baño.

En la mesa R y yo actuamos como cualquier aficionado al fútbol que ve como falla un penalty su equipo.

L regresa a la mesa y es recibido con un tarro de cerveza fría, para aminorar la pérdida, al sentarse nos dice que todo está listo y es cuestión de tiempo.. R y yo lo vemos medio incrédulos.

Seguimos platicando y escanendo el lugar cuando nos llega una ronda de cervezas que no ordenamos, el mesero nos señala la mesa de las 4 chicas quienes nos saludan.

¡¡¡¡YEEAAAAAAAHHHH!!!!! no sé cómo, pero lo hizo. devolvemos el gesto y seguimos platicando como si nada, (ajá, si como no). A los 5 minutos una de ellas se acerca a la mesa y nos pide un cigarro el cual se tiene que fumar afuera (pero que giro tan raro tiene esta ley anti-tabaco) así que L la acompaña.

Al regresar nos informa que 2 son cubanas, solteras y con ganas de aquelarre, 1 es venezolana, con hijo esperándola en casa de sus papás, y la 4ta es mexicana jaladora.

Mientras L nos daba el informe, la cubana hacía lo propio en su mesa y nos hacen una seña para que nos sentemos con ellas.

Llegamos a su mesa, nos presentamos, se presentan, hay un click inicial y comenzamos a conbeber con ellas, el ambiente está super bien, indirectas vuelan de aquí para allá, los perros son aventados de ambos bandos, segurito que algo habrá esta noche.

Cual cenicienta, a las 12 p.m. la Venezolana se retira pues su kinder familiar está por cerrar y debe recoger a su retoño. 3 a 3 la alineación.

La platica se torna picosita y los piropos pasan de “bonita” a “sabrosa”, el sexo grupal aparece en la plática, la mexicana se escandaliza un poco y decide que no va más. 3 a 2, la alineación final.

Las cubanas por su parte están encantadas con la idea, siempre y cuando les prometamos una noche salvaje. Pedimos una ronda más de tragos con la que sellamos el pacto de la noche salvaje.

Salimos de la emborrachaduría 10 minutos más tarde, para nuestro gusto se hicieron como 4 horas. Mientras salíamos, disfrutábamos de la vista del par de traseros cubanos que se sabían admirados y se contoneaban mucho más.

Uno, con una faldita corta con mucho vuelo que acompañaba rítmicamente el vaivén de las nalgas que debajo se escondían. El otro enfundado en mallones negros que le daban una redondez exhuberante.

Finalmente llega la camioneta y nadie quiere hacerse cargo del volante, ni modo, L como dueño debe hacerse cargo de tripular el avión.

La pregunta obligada: “¿A dónde?” – Baja hacia Insurgentes – le comento mientras siento la piel ardiente y cubana rozarme la pierna. antes que nos detuvieramos en el primer alto, los labios ya se habían engarzado en rico ósculo de lengüita harto pasional.

Las manos volaban y descubrían geografías tropicales, exhuberantes, duras, ardientes. Los pezones quedan expuestos, y mientras L se queja de su suerte, arregla el espejo para poder tener una mejor visión de lo que en el asiento de atrás está pasando.

Mientras R besa los pezones de Cubana1, ella besa a Cubana2, yo acaricio las nalgas de Cubana2 mientras que su mano acaricia mi pecho, por el espejo veo los ojos de L que quieren saltar de sus órbitas.

Al llegar a insurgentes ellas ya están desnudas, R y yo tenemos los pantalones en los tobillos, y los sonidos son deliciosos. L tiene al alcance de su mano derecha 4 nalgas cubanas que se mueven muy cachondamente acompañando al sube y baja de sus bocas en nuestros penes.

La imagen no podía ser más deliciosa, recorriendo insurgentes una boca cubana me fela, sus nalgas exhuberantes frente a mi son acariciadas por la mano de L, que al parecer ya no se conforma con acariciarlas y comienza a jugar con sus vulvas.

Llegamos a un hotel que tiene unas villas muy confortables, nos bajamos desnudos (salvo  L , que manejaba)  nos metemos a la alberca y mientras R y yo jugamos con los traseros cubanos desde el agua, L es premiado por dos bocas jugetonas que lo hacen olvidar que fué el conductor resignado.

Nuestra palabra estaba empeñada, así que los tres dimos todo nuestro esfuerzo para cumplir con la noche salvaje prometida. Practicamos casi todo tipo de combinaciones posibles, todos vaciamos nuestra pasión en varias ocasiones, y a juzgar por lo difícil que nos fué despertar por la mañana parece ser que todos quedamos verdaderamente exhaustos.

Mientras baboseaba en la alberca, veía a Cubana1, Cubana2, R y L hechos nudo en la cama, dormidos, roncando, totalmente sumidos en un sueño profundo y de inmediato comencé a pensar en las tortas cubanas:

Pierna, si
Chuleta, si
Salchicha, si
Huevo, si
Queso derretido, si
Chorizo, si
Pechuga, si
y un par de teleras suficientemente grandes para todo el contenido.

Ahora entiendo porqué las tortas cubanas se llaman así.

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