Bingo!

Hace ya algún tiempo,  un amigo me comentó que los Bingos eran buen lugar para conocer mujeres interesantes.

No soy fan del bingo, así que jamás le dí mayor importancia al comentario, hasta hace poco, que por diversas razones me encontré con 6 horas de absolutamente nada que hacer mas que esperar, así que me dirigí a una plaza cercana para dispendiar ese tiempo.

Dí un par de vueltas a la plaza, había restaurantes, cines, un par de cafécillos, por supuesto muchas tiendas, pero nada realmente de mi interés. Había bastante gente, así que decidí comprarme un café y sentarme a babosear.

Ya con mi café en la mano e instalado en una banca a la mitad de la plaza comencé a disfrutar de ese extraño placer que es observar a la gente.

Pasó un grupo de mujeres, todas usando el uniforme de la empresa donde laboraban, una blusa blanca con azul y un pantalón oxford, todas iguales pero distintas: la que traía la blusa abotonada hasta arriba, la que le ajustaba el pantalón por delante, a la que le ajustaba por detrás, la de los zapatos cómodos, la de tacones altísimos, la de los accesorios recargados, la de la mascada, la del pelo suelto, la de los senos grandes, la de las nalgas paraditas, observar es realmente todo un placer. Continuar leyendo “Bingo!”

La buena esposa

Sin temor a equivocarme, puedo decir que Helena es una mujer notable:

Lleva una excelente relación con su esposo, atiende a sus hijos amorosamente, mantiene su hogar perfectamente, prepara la comida de su familia con esmero y excelente gusto culinario, es presidenta de la asociación de padres de la escuela de sus hijos, su casa está decorada con suma elegancia, habla 3 idiomas y tiene un título universitario.

Al nacer su primer hijo, tomó la decisión de renunciar a su carrera profesional y dedicarse a ser la estupenda mamá, esposa y ama de casa que es.

Alguna vez le he dicho a Helena que es como si fuera la guionista de esos programas del hogar, desde las manualidades, hasta las galletitas horneadas, su hogar es simplemente impecable.

Es por esto que Alan está mas que contento con cumplirle su único capricho “fuera de lo común” a Helena y cómo no, después de trabajar con tanto empeño en su hogar creo que se lo merece. Continuar leyendo “La buena esposa”

Literótica | Mogador

Estoy convencido que los libros tienen la habilidad de escoger por quién han de ser leídos..

Mientras esperaba para abordar mi vuelo, entré a la librería del aeropuerto meramente a babosear, en mente tenía una revista o algo muy ligero pues mi vuelo no era tan extenso.

Dí un par de vueltas revisando los estantes, no había una gran selección de libros pues era una librería muy pequeña, más bien un puesto de revistas con un par de estantes con libros, desde mi primer búsqueda hubo un libro azul cuyo título llamó mi atención:  “En los labios del agua” de Alberto Ruy Sánchez

En la segunda ojeada ese mismo libro llamó mi atención nuevamente, así que lo tomé y me percaté en principio que era un libro corto, perfecto para el viaje en puerta. Leí la sinopsis y se me hizo muy interesante pues hablaba de un hombre que pertenecía a “La casta delirante de Los Sonámbulos”, una idea con la que me siento plenamente identificado. Lo abrí para leer un pequeño fragmento: Continuar leyendo “Literótica | Mogador”

El vaivén de tus caderas

El vaivén de tus caderas al caminar, provocaba que tu vestido danzara alrededor de tus muslos, los altísimos zapatos de plataforma le daban una personalidad putanezca a tus piernas, largas y morenas.

El escote no era tan pronunciado pero permitía admirar suficiente de tus senos como para desear estar entre ellos.

Tus ojos llenos de atrevimiento confirmaban el mensaje que todo tu cuerpo enviaba, “soy una hembra con ganas”

Sentada en la terraza con las piernas semi-abiertas, eras una invitación al placer, tus labios besaban la taza cada vez que sorbías café de ella. Pasaron unos minutos y nadie se acercaba, no esperabas a nadie y tu café ya estaba en su segunda mitad. Tu oferta estaba a punto de expirar, tu gesto había cambiado un poco..
ahora había una pequeña duda en el, ¿acaso nadie te había visto entrar, acaso nadie había notado el vaivén de tus caderas? Continuar leyendo “El vaivén de tus caderas”